Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
Voltaire dijo que “lo perfecto es el mayor enemigo de lo bueno”, y tiene toda la razón.
Querer hacer solo obras perfectas, o casi perfectas, hace que nunca las publiques por estar persiguiendo la ilusión de la perfección.
Esta idea de publicar solo lo que es perfecto hace que descartes obras que potencialmente eran buenas, pero que, al no ser perfectas, no cumplieron con tus criterios irreales.
Esto es un círculo vicioso, ya que el no cumplir con este estándar imposible te ocasiona estrés y desesperación que dificulta que hagas mejores proyectos a futuro y crezcas como creativo.
La única forma de romper con este círculo es publicando tu trabajo con todo y sus imperfecciones. El antídoto está en tragarte tu ego y publicar tus obras aunque no sean perfectas, y aprender de ellas.
Recuerda que jamás vas a conocer el verdadero potencial de tu trabajo hasta que no lo veas publicado.
Una vez que dejas ir a tu bebé y el mundo lo comience a juzgar te darás cuenta realmente de qué tan bueno es en realidad.
Así que con más razón debes publicar obras imperfectas, ya que quizás una vez que estén afuera te terminarán gustando mucho más de lo que te gustaban cuando estaban guardadas.