Esta semana estuve leyendo dos libros del famoso creador de contenido y genio de las redes sociales, Gary Vaynerchuk. Gary Vee, como lo conocen en redes, ha escrito durante muchos años sobre el uso de las redes sociales para potenciar tu marca personal y aumentar las ventas.
Leí sus libros Jab, Jab, Jab, Right Hook y Day Trading Attention. Inicialmente, solo iba a leer este último, ya que es su publicación más reciente, pero al darme cuenta de que el primero se menciona como una "primera parte" en la introducción, decidí leer ambos. Aquí están mis notas de cada uno de ellos:
En Jab, Jab, Jab, Right Hook, Gary Vaynerchuk plantea una estrategia clave para el marketing en redes sociales: "respeta la plataforma". Este concepto implica entender que cada red social tiene su propio lenguaje, estética y tono, y que, si queremos conectar realmente con las audiencias, debemos adaptar nuestro contenido a la forma en que las personas en esa plataforma desean consumirlo.
Cada red social es como un país con su propio idioma; lo que funciona en una puede no ser relevante en otra. Por ejemplo, el contenido visual y breve triunfa en Instagram, mientras que el tono en Twitter es mucho más directo y veloz. Por eso, es crucial conocer cada plataforma y hablar el “idioma” que los usuarios esperan encontrar en ella.
Vaynerchuk insiste en que el contenido debe ser diseñado con la plataforma en mente. Ya sea cambiando el tono, adaptando el formato o respetando la estética específica, los “jabs” (pequeños contenidos que generan valor) preparan el terreno para el “right hook” (la llamada a la acción que busca una respuesta concreta del público). Esta idea nos recuerda que para ser realmente efectivos en redes sociales, no podemos copiar y pegar el mismo mensaje en todos lados, sino crear contenido único que se ajuste al contexto de cada red.
En Day Trading Attention, Gary Vaynerchuk plantea una visión renovada sobre el marketing digital y el rol cambiante de las plataformas sociales. Hoy, la métrica de "seguidores" ha perdido valor: el alcance y la relevancia están determinados por algoritmos que privilegian el contenido nativo y adaptado a cada plataforma. Con la posibilidad de que cualquier contenido se vuelva viral, Vaynerchuk destaca que todos tenemos las mismas oportunidades de captar la atención y que el juego se basa en adaptar el mensaje al lenguaje y formato específicos de cada red social.
Vaynerchuk describe un proceso que recuerda a la comedia en vivo, donde se prueban ideas en tiempo real. Recomienda experimentar constantemente, observar qué piezas funcionan y transformar las mejores en anuncios. No se trata de lanzar “right hooks” en cada contenido; más bien, el enfoque está en publicar contenido que conecte orgánicamente y luego amplificarlo como publicidad para audiencias específicas. Cada publicación debe optimizarse, ya que, en esencia, cada compañía debería verse como un medio de comunicación.
El autor también subraya la importancia de la flexibilidad. Los algoritmos cambian rápido, y adaptarse es fundamental para no quedar fuera del juego. Por eso, Vaynerchuk sugiere destinar un 80% del esfuerzo en el contenido que ya funciona y un 20% en innovar. La clave es que la cantidad produce calidad: al crear y ajustar contenido en grandes volúmenes, las campañas publicitarias se vuelven una extensión natural de lo que resuena orgánicamente.
Para Vaynerchuk, la velocidad y precisión para ajustarse a tendencias y adaptar contenido son esenciales. Desde el análisis de comentarios (considerados también como contenido) hasta el uso de herramientas de inteligencia artificial para personalizar la experiencia, el libro destaca un enfoque dinámico para navegar el nuevo paradigma digital, donde cada plataforma se convierte en una oportunidad de conexión directa con el público.
Como conclusión, leer ambos libros fue una buena experiencia, ya que el primero relata cómo era el mundo de las redes justo antes de que yo me profesionalizara, mientras que el último aborda su actualidad y futuro. Sin embargo, creo que no es necesario leer el primero para disfrutar el segundo; por eso, yo recomendaría enfocarse solo en el segundo.
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