Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Nuestra atención vale, y las marcas, nuestros amigos, nuestra pareja y nuestro gato lo saben. Por eso, debemos escoger bien a lo que le ponemos atención.
La atención es un producto con diferentes grados de pureza, pues generalmente entre más puro sea el nivel de atención que le dediquemos a una actividad, mejores resultados obtendremos.
Por lo que si buscamos llegar al mayor nivel de concentración y producir trabajo de la más alta calidad, debemos enfocarnos solo en el proyecto que tenemos enfrente, evitando mezclarlo con otros.
Debemos considerar que trabajar en distintos proyectos a la vez le inyecta un costo adicional a nuestro proceso que genera cambiar nuestra mente de un proyecto a otro.
Este cambio de ambiente constante trae consigo una carga que muchas veces ignoramos pero que al final pasa factura en nuestra productividad.
Por esta razón, un 100% de atención a un solo proyecto cada mes por cinco meses, usualmente produce mucho mejores resultados que un 20% de atención a cinco proyectos simultáneos por cinco meses.
Ya que no solo alcanzarás un nivel mayor de calidad de trabajo, sino que también evitarás perder productividad al cambiar tu mente de contexto con más proyectos.
Enfócate en la menor cantidad de proyectos a la vez y dedícale la mayor atención posible a cada uno.
La atención es un recurso valioso y finito, al que vale la pena sacarle el mayor provecho posible.