Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
En una realidad en la que las interacciones están intermediadas por interfaces digitales, trabajar de forma desconectada en un proyecto puede traerte beneficios muy grandes.
Muchos creativos mencionan las ventajas de trabajar de forma manual en sus obras, ya que estar siempre intermediado por una interfaz digital hace que la experiencia disminuya su complejidad.
Aunque en la mayoría de las veces las interfaces nos ofrecen algo positivo, pues nos permiten trabajar de forma eficiente, a veces es refrescante volver a la forma original.
Es diferente tomar una foto con una cámara análoga que con una digital, escribir en una libreta que en Microsoft Word o dibujar en un lienzo a dibujar en Photoshop. Se siente diferente.
Si partes de la idea de que el medio y la forma influyen en el fondo de lo que estamos creando, tratar tus proyectos de forma artesanal y hacer trabajo con las manos en lugar de con el mouse, puede traer un aire fresco que haga a tus obras resaltar sobre el resto con elementos intangibles.
Entre más interactúas con el proceso de creación de tu trabajo, más lo podrás modificar para que te represente de una forma más cruda, agregándole así más dimensiones a tu obra y oportunidades en donde manifestar tu estilo y tu voz.
Una línea hecha con lápiz es infinitamente compleja, y jamás podrá ser representada a la perfección por un vector.
Practica la artesanía en tu trabajo porque es lo que nos hace imperfectos y humanos, y a veces esa imperfección y esa humanidad es el elemento faltante en una obra perfecta.