Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
El psicólogo Abraham Maslow afirmaba que las necesidades humanas pueden ser representadas como una pirámide de cinco niveles.
Estos niveles están construidos en función de qué tan importantes son para la supervivencia y el bienestar del individuo, y se resuelven en el orden siguiente.
En el primer nivel se encuentran las necesidades fisiológicas, como disponer de agua y comida, las cuales son esenciales para la vida por razones biológicas.
Una vez satisfechas estas necesidades, es posible concentrarnos en el segundo nivel, donde se encuentran las necesidades de seguridad, como tener una vivienda y un trabajo estable que le permitan al individuo mantenerse con las condiciones mínimas.
El tercer nivel incluye las necesidades de afiliación, como sentirse querido dentro de una comunidad y la formación de relaciones íntimas.
El cuarto nivel trata las necesidades de reconocimiento, como la construcción de la autoestima y la validación por los demás miembros de la comunidad.
Y por último, en el quinto nivel, se encuentran las necesidades de autorrealización.
Estas tienen que ver con el desarrollo personal, y marcan el inicio de un proceso de mejora continua que le permite al individuo conocerse más a fondo y dotar de sentido su vida.
Según Maslow, la necesidad de autorrealización se encuentra dentro de todos los seres humanos. Sin embargo, puede resultar muy difícil empatizar con ella si no se tienen cubiertos los niveles anteriores.
El último nivel trata con las necesidades humanas más elevadas y estas, a diferencia de los niveles anteriores, requieren de métricas más cualitativas para ser saciadas.
Estas métricas no son universales, y cambian dependiendo de cada persona, ya que surgen de un proceso de introspección.
En esta fase, el individuo se sumerge en un proceso de autorreflexión que lo lleva a la búsqueda de su propia identidad, y que le permitirá construir su propia definición de felicidad, y emprender el camino para alcanzarla mediante su desarrollo personal.