Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
Una forma segura de causar indiferencia con tu trabajo es mediante la neutralidad.
La neutralidad es lo más aburrido y nocivo en una obra porque atenta en contra del alma de la misma: su propuesta.
La neutralidad es una declaración de cobardía que pide a gritos no causar una reacción y pasar desapercibida.
Una obra que no busca generar una reacción, no debería ser considerada como arte, porque atenta contra su propia naturaleza.
Una obra sin propuesta no es más que una recolección de hechos.
Recuerda que “los lugares más oscuros del infierno son para aquellos que se muestran neutros en tiempos de crisis”.
Si piensas dedicarte a lo que te apasiona, no te puedes dar el lujo de mantenerte neutro.
Si la gente no ama u odia tu trabajo, entonces no has hecho lo suficiente. Así que no te mantengas neutro y encuentra algo qué proponer, o mejor no crees nada en lo absoluto.