Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
El autor Robert Greene, plantea una pregunta fundamental que debes hacerte constantemente para motivarte a seguir creando.
¿Quiero que este tiempo que estoy a punto de pasar sea tiempo vivo o tiempo muerto?
Greene se refiere al tiempo vivo como al que es usado para avanzar en algún proyecto o dedicado al crecimiento personal.
Es decir, tiempo que te acerca más a la persona que aspiras ser.
Actividades como leer, estudiar o escuchar a un experto pueden ser consideradas como tiempo vivo, si es que te acercan más a tus metas.
El tiempo muerto es el tiempo desperdiciado que gastas dudando o haciendo cosas de poca utilidad que no valen el tiempo invertido.
Actividades como contestar correos sin sentido, jugar videojuegos todo el día o dormir más de lo que deberías, son actos que quizás te puedan mantener ocupado, pero no tienen un valor profundo ni te acercan a ser quien quieres llegar a ser.
Según Greene, cada momento de nuestra vida nos enfrentamos con esta disyuntiva, y es nuestra responsabilidad identificarla y optar en su mayoría por actividades que nos brinden tiempo vivo para poder tener una vida plena y estar en proceso de mejora continua.
En cada situación en la que te encuentres, cuestiónate cómo puedes llenarla de tiempo vivo.
Trabaja en ese libro en lugar de pedir una cerveza en el avión, lee sobre el tema que te interesa en lugar de jugar un videojuego.
Pregúntate qué prefieres.