Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
En una era en la que existe mucha oferta de información, el valor de los archivos, como las canciones o los documentos, está tendiendo a cero.
Esto significa que el nuevo paradigma del creativo para obtener dinero de su trabajo se está moviendo en otra dirección, y ahora debe encontrar otras maneras de darle un valor agregado a su audiencia y poder vivir de su arte.
Los modelos de negocio en industrias como la música han cambiado drásticamente.
Por ejemplo, hoy en día, el disco físico ha dejado de ser la principal fuente de ingresos de los músicos, y se ha convertido en un artículo sentimental de colección que solo obtienen algunos fans.
La base económica para los músicos se ha convertido en la suma de lo generado en conciertos, eventos en vivo y la venta de otros artículos periféricos que resaltan la personalidad y el valor de cada artista.
Quizás las personas ya no compran discos, pero ahora existen muchas más maneras de que la audiencia pueda apoyar a los artistas, comparta su trabajo, y se comunique directamente con ellos.
Hoy más que nunca, debemos practicar el desapego de nuestros archivos y verlos como una carta de presentación.
Encuentra distintos medios para manifestar tus propuestas y diversifícate lo más que puedas para que no dependas de una sola fuente de ingresos para vivir de tu arte.