Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
El músico Ralph Covert argumenta que el único requisito para que te conviertas en un creativo es que reconozcas que tienes buen gusto.
Esto gracias a que si descomponemos el proceso de crear una obra de arte, entenderemos que es solo una colección de pequeñas decisiones binarias, y que el ente que toma esas decisiones es la intuición o el buen gusto del creativo que la está desarrollando.
El núcleo de todo el proceso descansa en seguir a esta voz que toma esas decisiones.
Por esto, desarrollar cualquier trabajo creativo no debe ser intimidante si lo tomamos un paso a la vez.
Quizás la suma de todos los pasos parezca abrumadora, pero si descomponemos el proceso en pequeños escalones, todo se vuelve más sencillo.
La clave para bajar del pedestal cualquier proceso creativo está en identificar sus pequeñas decisiones y tomarlas una a la vez.
Por ejemplo, si quieres escribir una canción, la pequeña decisión que vas a tomar a lo largo del camino es preguntarte “¿esto suena bien?”.
Eventualmente, si te concentras solo en esto y logras hilar muchos “sí”, estarás creando una canción que te guste.
Estas mismas pequeñas decisiones están presentes en la creación de cualquier otra obra, independientemente de su disciplina.
Si te sientes abrumado, analiza lo que estás haciendo y busca cuál es la siguiente decisión que debes tomar para seguir avanzando en la creación de tu obra y tómala.