Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Una forma de practicar el estoicismo es hacer que nuestros resultados dependan más de nosotros mismos.
Cuando el resultado de nuestro trabajo depende de métricas externas, que no están bajo nuestro control, caemos en un grave problema, ya que dejamos que nuestro éxito, y por consecuencia nuestra felicidad, estén en manos de alguien más.
Para no caer en esta dependencia nociva hacia la reacción de otras personas, debemos cambiar estas métricas externas con las que medimos nuestro trabajo por unas internas que podamos controlar.
Esto no quiere decir que debemos ignorar por completo las métricas externas, sino que debemos concentrarnos en tomar las mejores decisiones que podamos, explotando nuestras métricas internas, para así justificar nuestro accionar y respaldarlo con argumentos.
Estos argumentos nos darán la libertad de no sentirnos culpables si las métricas externas no se cumplen, pues tendremos la confianza de saber que hicimos lo mejor que pudimos con la información que teníamos en ese momento.
Un ejemplo de esto es crear un video y juzgarlo por la cantidad de horas que le invertiste y lo que aprendiste al realizarlo, en lugar de por cuántas vistas tuvo.
De esta manera, la próxima vez que hagas otro video, podrás tomar en cuenta ese aprendizaje e incorporarlo en el nuevo intento.
Esto te permitirá encontrarle el valor al proceso de mejora que te dictan tus métricas internas y no solo a su resultado superficial.
La clave para crear esta independencia se encuentra en poder justificar por qué tomaste las decisiones que tomaste con argumentos convincentes que surjan de tus métricas internas.
Esta experiencia te brindará nueva información que podrás considerar en el futuro para explotar las métricas externas y obtener más éxito comercial, siempre y cuando sigas tomando en cuenta primero tus métricas internas.
La realización está en entender que si tienes los argumentos para defender una decisión, entonces debes sentirte tranquilo con haberla tomado, aunque no resulte ser la más popular, ya que, dentro de lo que estaba bajo tu control, hiciste todo lo posible para no fracasar.