Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Tú no eres tus sentimientos; eres tus acciones.
Tú no controlas cómo te sientes, controlas cómo actúas.
Los sentimientos llegan a ti, tus acciones son tus interpretaciones de esos sentimientos.
Entender que no eres tus sentimientos, sino que el ente que los percibe, como alguien viendo una tormenta o disfrutando de un día soleado, es una realización muy poderosa porque te inspira a tomar las acciones que quieres tomar, sin importar cómo te sientas.
De la misma manera en la que puedes decidir salir a correr, a pesar de que esté lloviendo, también puedes decidir tomar acción sin importar cómo te sientas.
La realidad es que no sabemos cómo se sentían la mayoría de las personas que hicieron las hazañas más increíbles de la historia de la humanidad.
No sabemos si estaban tristes por una ruptura, o felices por una buena noticia. Lo único que sabemos de ellos es gracias a las acciones que tomaron.
Recuerda esto y ve tus emociones como algo que llega a tu vida, y no como una definición de lo que eres.
No importa si te sientes triste o inútil, siempre tendrás la oportunidad de actuar y comprobar lo contrario.