Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Muchas personas temen estar solas, lo cual es un problema grande, ya que los momentos de eureka usualmente se dan en la soledad.
En el arte, incluso cuando la creación de una obra sea un trabajo colaborativo, los momentos de soledad fungen como piezas conciliadoras de las ideas grupales.
El plan de acción de los proyectos grandes normalmente se elabora por una persona o un grupo pequeño de personas que se aísla del resto para entender el panorama completo de lo que todos tienen que hacer.
El historiador Edward Gibbon dijo que “la conversación enriquece el entendimiento, pero la soledad es la escuela de los genios”.
Según Gibbon, los grandes descubrimientos nacen de encerrarte solo, hacer trabajo profundo, y ver a qué conclusiones llega tu cabeza con la información que ha procesado.
El pintor Pablo Picasso dijo que “sin gran soledad ningún trabajo serio es posible”. A lo que se refería, es que la soledad es una característica muy importante en la creación de arte, pues es cuando se logra el trabajo intelectual de mayor calidad.
Busca la soledad y entiende la importancia que tiene en tu proceso, pues la soledad bien aprovechada dota tu trabajo de inteligencia, brindándole claridad a su propuesta, y un fondo más sólido.
No le tengas miedo a estar solo.