Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
El autor James Clear argumenta que la comparación es el ladrón de la felicidad cuando se usa de forma general, pero un maestro formidable cuando se usa de forma específica.
Compararte con los demás en aspectos superficiales y generales como la riqueza, la fama y el reconocimiento es buscar ser miserable.
Pero compararte en aspectos más específicos como los modales, las rutinas y la forma de hablar es tener a un gran maestro de tu lado.
La comparación es una herramienta para calificarnos con base en una referencia, pero debemos usarla solo en aspectos que tengan que ver con nuestro actuar, para que sea efectiva.
Usa esta herramienta, pero compárate con inteligencia, ya que si la usas para compararte en las cosas que no puedes controlar, solo te traerá miseria.
Voltea a tu alrededor y compárate para ver qué podrías hacer tú para ser una mejor versión de ti mismo.