Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
“No controlas lo que cagas pero controlas lo que comes”. Sé que no es la frase más refinada de la historia, pero me la dijo Javier Blake de División Minúscula en mi programa Creativo y hasta la fecha la tengo presente.
Consumir arte de cualquier tipo te inspira a crear tus propias obras, que no son más que tus mezclas y versiones de eso que consumiste antes. Por esta razón, es importante que te des cuenta de que el arte que consumes tiene un impacto directo en el que vas a producir.
La originalidad realmente no existe, pues simplemente es una mezcla de todas las influencias que has consumido, y en ella yace tu voz. Así que entre más influencias puedas absorber, mejor será tu trabajo.
Si quieres que tus obras sean buenas, debes procurar que tus influencias también lo sean. Así que busca arte que te inspire y consume obras diferentes para que tus trabajos también resalten sobre los demás.
Deja de escuchar la radio y busca música que te haga sentir vivo, encuentra películas, libros y series que te hagan cuestionarte verdades que tú creías absolutas.
Explora el mundo y no te cierres a solo consumir lo mismo. A veces también es necesario consumir obras que no sean de tu agrado para saber qué errores no debes cometer y qué dirección no deseas tomar.
Hay mucho de donde sacar inspiración. Así que no te limites a lo que te queda más cerca, salte de tu zona de confort y mantén una mente abierta para absorber nuevas referencias, pues solo de esta manera podrás crear obras diferentes, de las que de verdad te puedas sentir orgulloso.