Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Otra forma de practicar el estoicismo es definiendo tu suficiente.
Existe una anécdota entre los autores Kurt Vonnegut y Joseph Heller, en donde el primero le pregunta al segundo si le molestaba que en la última semana, un millonario que ambos conocían había hecho más dinero que lo que Catch 22, su novela más popular, iba a hacer en toda su vida.
“No, porque yo tengo algo que él nunca tendrá, suficiente”, le contestó sabiamente Heller.
Establecer tu propia definición del éxito te da el control de tu sentir, pues crea un sistema en el que solo debes rendirte cuentas a ti mismo.
No definir tu éxito se puede volver peligroso, ya que si tú no estableces esa definición, alguien más lo va a hacer por ti, o bien, terminarás adoptando su definición social, que tiende a medirse con dinero, fama y reconocimiento.
El problema de adoptar estas últimas métricas como indicadores de éxito es que no dependen de ti, y si no les defines una cantidad que te haga feliz, ninguna te va a saciar, porque siempre te podrás comparar con alguien que tenga más que tú.
Por todo esto, definir qué es para ti lo suficiente se vuelve de vital importancia, ya que por consecuencia define tu felicidad en tus propios términos.
Definir tu suficiente no significa que tengas que caer en la mediocridad y conformarte con lo que ya tienes. Lo que significa es que tu felicidad no depende del cumplimiento de una meta de vanidad, sino que de tu esfuerzo y tu trabajo.
El cambio principal que surge de saber cuánto es suficiente para ti, es que el proceso se transforma en la recompensa y la meta externa se convierte en la cereza del pastel.
El objetivo de esta práctica es que des tu mejor esfuerzo y te sientas feliz por haberlo hecho, sin importar el resultado de tu trabajo.
Esto para que cuando la suerte se ponga de tu lado, puedas ver las recompensas externas como algo extra de lo que no dependes para sentirte pleno.
¿Cuánto es suficiente para ti?