Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
La pena es una forma en la que el miedo se manifiesta, y un indicador de que lo que estás haciendo tiene la capacidad de generar ruido.
Por lo que si aspiras a hacer algo que tenga impacto, seguramente sentirás algo de pena en el camino.
La pena es un factor que con la experiencia se vuelve más sencillo de tolerar. Es por eso que tienes que acostumbrarte a sentirla, ver a través de ella, enfocarte en tu propuesta, y usarla como gasolina.
Es imposible impactar el mundo sin pasar por algunos momentos de pena, porque proponer algo nuevo genera atención, y la atención como consecuencia trae consigo algo de pena.
Una vez que hayas cruzado al otro lado del camino, y hayas atravesado una situación penosa, te darás cuenta de lo débil que es.
Acostúmbrate a sentir pena, a domarla y a canalizarla para que lo que quieras hacer, lo hagas con todo y pena.