Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
Cuando se trata de transmitir una propuesta, entre menos hagas es más.
Yo soy un fiel creyente de que la mejor forma de comprobar si entiendes un concepto o no, es explicándolo de la manera más sencilla posible, como si le estuvieras hablando a un niño.
Si lo puedes explicar de forma sencilla y con un lenguaje coloquial, entonces significa que dominas el tema en cuestión. Mientras que si se te dificulta hacerlo, probablemente aún tengas algunas dudas.
Hay una belleza detrás de explicar conceptos complejos y presentarlos en un formato corto, elegante y digerible para cualquier persona. Por esta razón, para que tu trabajo sea contagioso, es necesario presentar su propuesta de esta manera.
Para que tu obra pueda trascender la barrera del tiempo, ésta debe poder ser apreciada y entendida, cuando menos a grandes rasgos, por cualquier persona, independientemente de su contexto.
Solo cuando puedes presentar tu propuesta de esta manera, estarás seguro de que realmente dominas eso que estás intentando transmitir. Y este entendimiento te garantizará que la conexión con la audiencia será de mayor calidad y tu trabajo será mejor apreciado.
Así que una buena regla de pulgar antes de publicar una obra es intentar explicar su propuesta a un desconocido de manera sencilla.
Ya que si batallas en explicar la razón de ser de tu trabajo, probablemente el público batallará el doble en comprenderla cuando tú no estés presente.