Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
Toda obra tiene una propuesta; toda obra existe para expresar un punto de vista sobre algo.
La propuesta es la razón de ser de la obra; su alma y cerebro. Es aquello que justifica su existencia, y sin ella la obra no tendría identidad.
La propuesta es aquello que, como creativo, deseas transmitir y es la única razón por la que tu la obra existe en primer lugar.
Así que al crear una nueva obra, debes enfocarte en encontrar qué es lo que buscas expresar o transmitir con la misma. Ya que éste es el elemento más importante para determinar si tu trabajo será bueno o no, pues es lo que determinará si la gente conectará con él o no.
La regla es simple, si tu propuesta no es buena, tu trabajo tampoco lo será. Los otros elementos superficiales como la forma, la estética y la presentación ayudan a resaltar lo que propone tu obra, pero si tu obra no tiene nada qué resaltar entonces esos elementos no sirven de nada.
Así que no te dediques a crear obras vacías solo por crearlas. Pregúntate a ti mismo antes de empezar qué es lo que quieres transmitir, por qué lo estás haciendo y si tu trabajo logra transmitir esa propuesta.
Si la respuesta es buena y te gusta, sigue adelante. Si la respuesta te pone a roncar, consume más arte, elabora otra propuesta y vuelve a intentarlo.