Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.
Los buenos hábitos son una pieza fundamental para mejorar nuestro estilo de vida.
Sin embargo, no podemos saber si mejoramos en algo si no contamos con una métrica con la cual medir ese progreso.
Si queremos mejorar cualquier aspecto de nuestra vida, tenemos que encontrar una medida con la que podamos diagnosticar nuestro nivel actual, cuantificar nuestro progreso y ponernos metas con base a ello.
Estas métricas no solo sirven para medir cuánto hemos mejorado, sino que también fungen como motivantes para llevar a cabo las tareas diarias necesarias para desarrollar un proyecto extenso.
Cuando no contamos con métricas claras, y planeamos realizar un proyecto grande, muchas veces los avances pasan desapercibidos, y el proceso puede desmotivarnos.
De la misma forma como cuando los niños crecen diez centímetros en un año, pero es imposible percibir la diferencia de un día para otro, no tener métricas claras evita que tengamos una visualización del avance que estamos obteniendo.
Las métricas llenan esa incertidumbre con datos, y te brindan información fría que te permite tomar acciones para mejorar en un periodo de tiempo en cualquier disciplina.