Este artículo originalmente apareció en mi libro Creativo: 100 consejos para vivir de tu arte.
Un parecido entre los peleadores y los creativos se encuentra en cómo ambos asimilan las derrotas. Dado que en las dos carreras es casi una certeza perder en algún punto, ambas perciben la derrota como una oportunidad para crecer.
“Una derrota puede romper o hacer un peleador”, dicen algunos conocedores de las artes marciales mixtas.
En lugar de ver el fracaso como algo vergonzoso, la mayoría de los peleadores exitosos lo ven como una muestra de humildad y un síntoma de que están aprendiendo.
El irlandés Conor Mcgregor (20-3) es probablemente el peleador más exitoso de la historia de la UFC. Es talentoso, disciplinado y también humilde en la derrota.
Aunque en su carrera ha sufrido 3 derrotas, Mcgregor ha sabido asimilarlas de la mejor manera para aprender de cada una de ellas y no permitir que interfieran en el desarrollo de su carrera; las ha canalizado para que lo ayuden a convertirse en un mejor peleador.
Por otro lado, la estadounidense Ronda Rousey (12-2), considerada como la peleadora más exitosa de la historia, estaba en la cima del deporte en el 2015, cuando marchaba invicta después de 12 peleas.
Sin embargo, tras recibir su primera derrota, su vida cambió por completo. Al no saber lidiar con el fracaso, dejó que su ego tomara la mejor parte de ella y se alejó completamente de los medios.
Rousey rompió el silencio 6 meses después en una entrevista en la que comentó que había entrado en una severa depresión y que había considerado suicidarse, pero que planeaba volver.
Tal fue su incapacidad de aprender de su fracaso que en el año 2016 anunció su retiro, a la corta edad de 29 años, después de ser noqueada en 48 segundos por Amanda Nunes en su pelea de regreso.
La diferencia entre estos dos peleadores es que Mcgregor tuvo la humildad para lidiar y aprender de sus fracasos, mientras que Rousey no.
El entender que el fracaso puede llegar en cualquier momento te da la humildad necesaria para aprender de él si llega. Si piensas que eres invencible, entonces te arriesgas a que, si algún día pierdes, termines con tu confianza en el suelo.
Así que como creativo no debes de tener miedo a fracasar. Lleva un récord de tus proyectos exitosos y de tus fracasos y ve a cada uno de ellos como una pelea que debes ganar y una oportunidad para mejorar.
Entrena cada día para ser mejor, da lo mejor de ti y jamás te sientas mal por haberlo intentado, incluso cuando pierdas.
Siempre busca pelear por el reto más difícil y procura no retirarte invicto, no seas aburrido.