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El blog de Roberto — El arte de perder

Descubrete solo

Wed, Dec 29, 21
Descubrete solo

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

No esperes a alguien que te descubra, hazlo inevitable.

Muchos creativos pasan su vida trabajando en silencio y se enfocan en crear obras sin publicarlas, con la ingenua esperanza de que algún día llegue algún productor a descubrirlos.

A la mierda con esa actitud, eso solo es una forma de procrastinar y evitar compartir su trabajo por miedo al qué dirán, para cuidar su ego, y para alimentar la narrativa inocente de que son buenos en lo que hacen sin realmente comprobarlo.

Depender de alguien externo nunca ha sido la mejor manera de hacer las cosas. Sin embargo, si realmente necesitamos de alguien más para llevar algo a cabo, no debemos esperar a que llegue y nos descubra por error, sino que nosotros debemos buscar a esa persona y presentarle nuestro trabajo personalmente.

No esperes a que alguien te pregunte qué estás haciendo, ya que seguramente a nadie le interesa.

Si quieres captar la atención de alguien, publica tu trabajo, compártelo y haz que llegue a los ojos indicados. Esta es la única manera en la que podrás darte cuenta si realmente tienes lo que se necesita o no.

Si haces esto y aún no tienes lo que se necesita para triunfar, no te desanimes, analiza tu trabajo publicado y vuelve a intentarlo tomando en cuenta ese aprendizaje.

La idea es que gastes tus balas, conectes tus cables y te cuestiones qué tanto necesitas realmente para echar a andar tu proyecto y lo hagas.

No esperes a alguien que te descubra, hazlo inevitable.

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Captura tu inspiracion

Wed, Dec 29, 21
Captura tu inspiracion

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

El secreto de muchos grandes creativos se encuentra en el sistema que usan para guardar y catalogar las ideas que vienen a su cabeza.

Capturar los momentos de inspiración es la clave para el desarrollo de un proyecto creativo extenso.

Tener una forma de capitalizar cada instante en el que nos sentimos inspirados, no solo le agrega un toque de genialidad a nuestra obra, sino que también enciende el camino que nos lleva a trabajar de forma constante, fluida y rápida en nuestros proyectos, mediante un sentido claro de dirección.

Es insostenible trabajar solo cuando nos sentimos inspirados, ya que la inspiración no es algo que podamos controlar, y a veces en esos momentos de lucidez es imposible hacerlo por factores externos.

Entonces, ¿cómo podemos aprovechar todos nuestros momentos de eureka? La respuesta está en tener un sistema en el que podamos registrar nuestros lapsos de inspiración para después usarlos.

Para esto, debemos recordar que el mayor beneficio que trajo la escritura a la humanidad es el permitirnos guardar información de una manera más sencilla.

Erróneamente pensamos que la manera de sobresalir en la realidad es acumulando la mayor cantidad de datos, cuando la verdadera forma de destacar es desarrollando un sistema efectivo que pueda acceder a los mismos eficientemente.

Lo complicado de escribir un libro no solo es conocer mucho de un tema, sino que también es tener un buen sistema para estructurar y acceder a todas esas ideas.

El secreto de muchos grandes creativos se encuentra en el sistema que usan para guardar y catalogar las ideas que vienen a su cabeza.

El director Spike Lee utiliza un sistema de fichas para anotar sus ideas, el autor Tim Ferriss cuenta con un elaborado sistema de notas que le permite guardar, filtrar y encontrar la información más relevante para su trabajo.

Hoy en día esto se ha vuelto más relevante, ya que vivimos en una era con acceso inmediato a una cantidad inmensa de conocimiento, pero de nada nos sirve toda esa información si no tenemos un mapa para navegar en ella.

Debemos recordar que el aprendizaje no solo depende de la calidad del maestro, sino que también de la calidad de las preguntas que hace el alumno.

Si tenemos un sistema que le haga buenas preguntas a una buena base de datos, estaremos generando trabajo de valor.

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Hazlo dos veces

Wed, Dec 29, 21
Hazlo dos veces

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Para saber qué tan bueno eres en algo nuevo, lo tienes que intentar al menos dos veces.

Una trampa en la que muchos caen a la hora de intentar algo nuevo es que juzgan su habilidad a partir del primer intento.

El problema está en que, al hacer esto, se terminan desacreditando antes de darse la oportunidad de crear algo con sustancia y bases sólidas.

Para saber qué tan bueno eres en algo nuevo, lo tienes que intentar al menos dos veces.

En tu primer intento, seguramente producirás algo superficial, fácil y obvio, porque lo importante de este primer intento no es la sustancia de tu trabajo, sino delimitar el alcance que tiene el formato nuevo en el que te estás desenvolviendo.

En el segundo intento podrás aprovechar la experiencia de tu primera vez, y poner a prueba tu capacidad de crear algo con un medio que ya has explorado antes.

Esto gracias a que entenderás mejor la forma del medio y empezarás a trabajar en su fondo, lo que a su vez producirá trabajo con más sustancia.

El director David Lynch dice que la primera vez que realizas una obra, el medio se presenta contigo, y comienzas a conocerlo, mientras que la segunda vez que lo haces, tú eres quien se presenta con el medio.

La primera vez que haces algo solo montas el escenario y conectas todo, para que la segunda vez que lo intentes puedas utilizar lo que construiste, y presentar algo que aproveche esa infraestructura.

Por eso, si vas a intentar algo, asegúrate de intentarlo al menos dos veces.

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Dos tipos de errores

Wed, Dec 29, 21
Dos tipos de errores

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Maquiavelo decía que hay dos tipos de errores, los errores del perezoso, y los errores del ambicioso.

Maquiavelo decía que hay dos tipos de errores, los errores del perezoso, y los errores del ambicioso.

Los errores del perezoso tienen que ver con la inactividad, y cómo ésta ocasiona que pierdas una oportunidad por no haber tomado acción.

Mientras que los errores del ambicioso surgen de una acción errónea que hiciste por un mal cálculo o por no tener suficiente información.

La gran diferencia entre estos dos tipos de errores es que los del ambicioso te llevan hacia adelante, pues forman parte de un proceso de mejora continua, mientras que los del perezoso te dejan estancado, ya que no te brindan ningún aprendizaje.

En tu vida debes buscar cometer errores de ambicioso y no de perezoso.

Los errores de ambicioso son un indicador de que te estás saliendo de tu zona de confort, de tu frontera de conocimiento, y de que te estás exponiendo a cosas nuevas.

Si te equivocas, procura siempre estar del lado del ambicioso y equivocarte activamente.

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El corazon de tu obra

Wed, Dec 29, 21
El corazon de tu obra

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Al crear, antes de experimentar con el equipo más sofisticado, es recomendable que te preguntes qué es lo que verdaderamente hace que tu trabajo sea bueno.

Existe una fortuna escondida en tener los recursos limitados en tu trabajo, porque te obliga a enfocarte en el corazón del mismo.

Al crear, antes de experimentar con el equipo más sofisticado, es recomendable que te preguntes qué es lo que verdaderamente hace que tu trabajo sea bueno.

La respuesta muchas veces se basará en el desarrollo de habilidades que no requieren de instrumentos caros para su mejoría, sino que de simple práctica.

Irónicamente a veces el equipo más sofisticado te perjudica más de lo que te beneficia, porque te distrae de practicar esas habilidades esenciales.

El músico John Mayer se refiere a este atributo en la música como el corazón de la canción. Según Mayer, desarrollar esta habilidad no depende del precio de sus instrumentos, sino que de algo que solo puede adquirir mediante la práctica.

Esta habilidad intangible es lo primero que debes dominar antes de pensar en lo demás, por lo que empezar con poco te conviene, pues funge como una escuela que te educa en las bases de tu disciplina.

Componer una canción con una guitarra barata hace que te concentres en que la melodía sea buena. Grabar una película con tu celular hace que te concentres en que la historia y en que las tomas sean de calidad.

Una vez que domines estas habilidades, entonces será el momento de mejorar tus instrumentos, pues resaltarán estos mismos atributos que hacen que tu obra sea buena.

De nada sirve tener el mejor equipo del mundo si no tienes una obra con la que los puedas explotar.

Empezar con poco te conviene porque las limitaciones iniciales son internados creativos en donde aprendes a dominar el corazón de tu arte.

Aprovecha lo poco que tienes y úsalo a tu favor.

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Las redes sociales no te definen

Wed, Dec 29, 21
Las redes sociales no te definen

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Piénsalo bien, la idea de que un programador que busca generar más dinero esté diseñando cómo te percibes a ti mismo, es aterradora.

Las redes sociales han cambiado muchos aspectos de nuestra vida, incluyendo la forma en la que definimos algo tan importante como nuestra identidad.

Las redes sociales son herramientas que cuentan con métricas para catalogar qué tan valiosa es una cuenta y una publicación.

Sin embargo, estas métricas no están hechas con un propósito noble, sino que están creadas con el objetivo de incrementar la interacción de la aplicación para volverla más adictiva y generar más dinero.

Erróneamente tenemos la idea de que nosotros definimos cómo son nuestras redes sociales, pero irónicamente cuando nos dejamos llevar por lo que la misma red nos dice que es importante, y actuamos en función de sus métricas, estamos dejando que nos diseñe a nosotros.

Cuando basamos nuestro comportamiento y nuestras ideas en lo que genera mejores resultados bajo las métricas de las redes, estamos dejando que definan nuestra identidad.

Piénsalo bien, la idea de que un programador que busca generar más dinero esté diseñando cómo te percibes a ti mismo, es aterradora.

Ahora, esto no quiere decir que boicotees las redes y que dejes de usarlas, ya que son herramientas poderosas que te ayudan a potencializar tu carrera y no utilizarlas te dejaría en una desventaja competitiva muy grande, lo que quiere decir es que puedes concientizarte de esta realidad y tomar alguna de estas tres opciones para evitar que te controlen.

La primera opción es que crees tus propias métricas que determinen el valor de lo que estás publicando.

Por ejemplo, ponderar qué tanto te gusta lo que estás haciendo, basándote en tu esfuerzo, sin importar lo que los números digan y lo que piensen los demás. De esta manera, estarás juzgando lo que publicas bajo un lente propio que no dependa de lo que la red busca que compartas.

La segunda es que tomes conciencia de las métricas que promueven las redes y reconozcas que solo estás jugando un juego, y que su resultado no determina tu valor como persona.

Tomando en cuenta esta realización, podrás hacer más eficientes tus publicaciones para explotar las métricas que más beneficios te traigan, pero divorciando tu valor personal de las mismas.

La tercera opción, que a mi parecer es el acercamiento ideal, es que mezcles las dos opciones anteriores.

Es decir, que independices tu identidad de las redes sociales y explotes sus métricas, pero también que compartas el trabajo en el que estas métricas no sean consideradas.

Este acercamiento busca adoptar la premisa de hacer dinero para hacer arte, y no hacer arte para hacer dinero. Dicho de otro modo, hacer publicaciones comerciales para sustentar las publicaciones que a ti te gustan.

El actor James Franco ha tomado este acercamiento con sus películas, haciendo cintas comerciales que le generan mucho dinero, y con ese dinero financia sus películas más artísticas, que son las que más disfruta hacer.

La clave se encuentra en ser consciente de cómo funcionan las redes, para aprovechar sus beneficios y disociar tu identidad de ellas.

En analizar lo que compartes y cómo te percibes para darte cuenta si realmente eres tú quien se está definiendo, o si el algoritmo es el que te está definiendo a ti.

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