Hoy terminé de leer el primer libro de la serie Sekret Machines de Tom DeLonge y A.J. Hartley, titulado Chasing Shadows. La novela cuenta, de manera entretenida y bastante ordenada, lo que podría parecer —a simple vista— un desorden conspiranoico que ha invadido la cabeza de Tom DeLonge, el exlíder de Blink-182, durante los últimos 25 años. Pero conforme avanzas, empieza a sentirse menos como una locura y más como un rompecabezas cuidadosamente armado con piezas de historia, testimonios y documentos que siempre han estado ahí, solo que nadie los había conectado así.
Este libro representa el arranque de un proyecto ambicioso que nació con To The Stars Media, la compañía que DeLonge fundó con la intención de revelar lo que él considera "verdades ocultas" al gran público... pero hacerlo no con discursos ni conferencias, sino a través del arte: novelas, series, documentales, discos. De hecho, este primer libro viene acompañado de un EP que, curiosamente, yo había usado hace años como música de fondo para un videojuego que programé durante mi carrera como ingeniero de software. Volver a ese EP ahora, habiendo leído el libro, fue como abrir una cápsula del tiempo... y empezar a entender un poco lo que Tom tenía en la mente cuando tomó, para muchos, la inexplicable decisión de dejar por segunda vez a la banda que lo hizo famoso.
Leer esta novela justo ahora, mientras estoy metido en este nuevo universo de conspiraciones en los episodios que grabo con IA, ha sido como ver cómo las piezas empiezan a encajar. La voz de DeLonge, que por años sonaba como la de un loco con guitarra, empieza a tomar forma y coherencia. Desde la Segunda Guerra Mundial y la caída de los nazis, pasando por el evento de Roswell, el Proyecto Paperclip, el testimonio de Bob Lazar y hasta los archivos desclasificados por la CIA… todo empieza a sugerir que hay una narrativa paralela corriendo detrás de la historia oficial que nos contaron.
Según To The Stars, esa narrativa es tan compleja —y representa un riesgo tan grande para la estabilidad global— que la única forma viable de comunicarla es a través de la ficción. “Algunas verdades solo pueden expresarse mediante la ficción”, se lee en el epílogo del libro. Y tiene sentido. Es como si nos estuvieran diciendo: esto pasó, pero no te lo podemos decir así de frente... así que aquí va disfrazado de novela de acción.
El libro es muy bueno. Y fue un acierto total haberlo escrito junto a un autor consolidado como A.J. Hartley, porque aterriza una historia que fácilmente podría parecer inverosímil, y la hace digerible. Conecta teorías que flotan sueltas en internet con un hilo narrativo que atrapa incluso si no has leído jamás sobre OVNIs, operaciones encubiertas o tecnología reversa. Terminas el libro con más preguntas que respuestas, pero eso es parte del encanto. En palabras del propio DeLonge en el prólogo: “Los bloques son ciertos… pero el pegamento no”.
Veremos cómo envejece esta historia. Porque si siquiera una pequeña parte de esto resulta ser cierta… estaríamos ante la conspiración más grande de la historia de la humanidad.